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martes, 13 de abril de 2021

2º de Bachillerato: resumen, tema y tesis de "La nueva normalidad no puede ser como la vieja"

 

LA NUEVA NORMALIDAD NO PUEDE SER COMO LA VIEJA

JAVIER GALLEGO

El diario.es  27-4-2020


"No podemos volver a la normalidad porque la normalidad era el problema", reza una pintada que circulaba por redes estos días y que no dejo de recordar ahora que empieza la desescalada. Sé que estamos deseando todos despertar de esta pesadilla y volver a nuestras vidas de antes como si nada hubiera pasado, pero como en la crisis del 2008, el daño está hecho, millones van a sufrirlo y no hay vuelta atrás. Tenemos que mirar hacia adelante y pensar cómo vamos a recuperarnos, si queremos curarnos de nuestros errores o reincidir en ellos para volver a recaer muy pronto.

    

Es espectacular cómo la naturaleza revive en cuanto paramos. El agua y el aire se limpian, el calentamiento global disminuye, los animales reconquistan el territorio que les robamos. Es como si estuviese venciendo al virus que es el ser humano para la Tierra. Somos el coronavirus del planeta. En cuanto desaparecemos, sus pulmones se curan, baja la fiebre y le regresa la vida. No podemos volver al ritmo de producción y contaminación que está llevando al colapso natural y nos está devorando. Cuidar al planeta es cuidarnos también a nosotros mismos.


O dejamos de producir, comprar y tirar como si hubiera un planeta de repuesto y reconvertimos el sistema de producción para hacerlo sostenible, o nos vamos al carajo con una serie de catastróficas desgracias (guerras, hambrunas, pandemias, desastres naturales y diásporas) que no serán agradables. También nos enseña el virus que somos la solución si dejamos de ser el problema. La respuesta está en la fuerza de lo colectivo y de lo público. Nos hemos dado cuenta de que no estamos solos, de que dependemos unos de otros y somos responsables de los demás. Si estamos siendo responsables para salvar a otros, podemos serlo para salvarnos todos y nuestro entorno.


Todo esto lo solemos olvidar en cuanto nos va un poco mejor, pero es que no nos va a ir mejor en mucho tiempo. Nos viene una crisis no sólo climática, también económica. Sólo saldremos si aplicamos lo aprendido, si anteponemos el bien común al interés privado y si la iniciativa privada sirve al interés general, si defendemos a la mayoría frente a la minoría y la ecología frente a la economía, si protegemos a los más desprotegidos y los que más tienen ayudan a los que menos. Si somos la vacuna, no el virus.

Estamos superando esta crisis también gracias a la ciencia, la medicina y la investigación. Tenemos que invertir en conocimiento frente a la ignorancia porque cura la cabeza, no sólo el cuerpo. Tenemos que impulsar la información crítica frente al fascismo populista. Los apocalipsis son propicios para peligrosos mesías y caudillos. Se está formando la tormenta perfecta para que se impongan los fascistas. Si volvemos a la vieja anormalidad, serán diluvio.



1.1. Haz un resumen del texto anterior


Propuesta 1

Ahora que queda atrás lo más duro de la pandemia por coronavirus y que comienza la vuelta a la normalidad, es el momento de reflexionar sobre qué puede hacerse para que el mundo postpandemia sea un poco mejor. El parón económico y laboral ha hecho que la naturaleza recupere su lugar y sugiere el debate sobre cómo las sociedades humanas perjudican al planeta con su actividad febril. En este sentido, la vuelta a la normalidad debe aprovecharse para replantear la relación del hombre con el medio, intentando frenar el consumismo desmedido, la contaminación y el derroche de recursos. También debe producirse una revalorización del estado de bienestar, de la ciencia y de la investigación, y además es fundamental estar alerta ante el auge de políticos oportunistas y populistas, que siempre medran en tiempos de crisis.

 

Propuesta 2

La situación sociosanitaria y económica que está generando la pandemia por coronavirus estimula los deseos de recuperar las antiguas rutinas y ritmos de vida.  Ahora bien, como esa normalidad es problemática y nada volverá a ser igual tras esta crisis, toca mirar al futuro y corregir viejos errores.  En primer lugar, hay que abandonar un consumismo desmedido, que lleve a la contaminación y al calentamiento global del planeta.  Por otro lado, hay que prestar mayor interés a lo público, velando por los intereses colectivos y muy particularmente de los más desfavorecidos.  Finalmente, corresponde apostar por la ciencia y conocimiento, sin dejarse tentar por los mensajes populistas de  quienes se anuncian como salvadores y tanto prosperan en etapas de infortunio. 


1.2. Enuncia el tema del texto anterior 

Propuesta 1: Reflexión sobre la necesidad de aprovechar la pandemia para cambiar los hábitos que resultan perjudiciales para el planeta.

Propuesta 2: Invitación a cambiar los hábitos de vida y de consumo perjudiciales para el medio ambiente, aprovechando el parón que ha supuesto la pandemia. 


1.3.  Enuncia la tesis que defiende el autor y explica razonadamente qué tipo de estructura presenta el texto.


El autor sostiene que tras la crisis que está provocando el coronavirus, la humanidad habrá de apostar por un nuevo modelo económico y social basado en la sostenibilidad medioambiental, la solidaridad y el conocimiento.

Esta tesis aparece ya de forma explícita en el titular; también en la primera línea del cuerpo, al igual que en la última línea en forma de advertencia.  Por ello podemos decir que nos hallamos con un texto de estructura de encuadre.  


lunes, 4 de enero de 2021

2º de Bachilleratro: "Elogio del que no lee". Solucionario.

 Aquí va el solucionario del primer texto trabajado en este segundo trimestre:

SOLUCIONARIO

Elogio del que no lee

El 40% de los españoles no lee nunca. Lo que equivale a decir que tiene mucho más tiempo para todo lo demás. Por ejemplo, mientras usted lee un libro el no lector a lo mejor escribe uno. Dos o tres horas de tiempo libre no leyendo al día son dos o tres horas que puedes ir invirtiendo en escribir Guerra y Paz, ojo, aunque ya esté escrito. Porque si los primeros presumen de releer, a ver si es que un no lector no va a poder reescribir sin cambiar una coma y de pe a pa el libro de Tolstói. En plan novísimo.

 

Leer -como sucede con respirar, alimentarse o dormir- está sobrevalorado. Tengo un amigo que ha hecho grandes obras de arte jugando al Fifa en la Play y otro que lleva 25 años leyendo un libro que no ha empezado. Y no van por ahí con gafas de pasta tirándose el pisto por las librerías de Malasaña. Iñaki Uriarte afirma, en sus Diarios: "Antes estaba permitido decir: 'Yo, de ciencias, no tengo ni idea'. Ahora empieza a generalizarse: 'Yo no leo nunca'. Y el grupo se ríe con un gesto de aprobación".

 

No sólo es que haya gente que no lee libros (no leer ya está al alcance de cualquiera y se pueden no leer centenares de libros al año, algunos buenísimos, decía Juan Tallón). Sino que hay gente que trata la literatura como si te fuera a meter la salmonelosis en casa. "Compra pan, cariño. Mira el buzón. Y baja los libros a la basura, anda, que dan olor". Tantos libros se encuentran por ahí en los contenedores (incluso no siendo de coaching), que los barrenderos de Ankara han decidido rescatarlos y han montado una biblioteca con 5.000 ejemplares en una antigua fábrica de ladrillos. Kafka con olor a cáscara de mandarina. Bierce con manchas de kétchup. Onetti empapado de vino tinto... Así que en Turquía ya no saben quién ha hecho más por las letras turcas: si Orhan Pamuk, que ganó el Nobel de Literatura, o los profesionales de la inmundicia.

 

Al libro, en general, le sucede lo mismo que a Keith Richards. Cuanto más viejo está, cuanto más ajado, cuando más sobado, cuanto más muerto, más vivo parece. Si lo sabrá el británico. Una vez el guitarrista de los Stones se encontraba bastante mal y decidió ir al médico. Éste le miró, le auscultó, le hizo unas pruebas y le dio seis meses de vida. Richards salió atribulado, pero cuenta cómo acabó aquella predicción: acudió al entierro del doctor.

 

PEDRO SIMÓN,  30/01/2019

Resumen

 

Los índices de lectura de los españoles son muy bajos y la lectura se considera sobrevalorada en una sociedad con una oferta cultural cada vez mayor. No leer está dejando de ser motivo de vergüenza social y hay quien se define con orgullo como no lector. Incluso aparecen noticias como aquella reciente sobre la biblioteca que unos basureros turcos han montado con libros encontrados en los contenedores. Sin embargo, han sido muchas las ocasiones en que se ha dado al libro por muerto, y siempre ha resucitado, lo que invita a mantener la esperanza en el futuro de la lectura.

 

Tema

 

-          Reflexión irónica sobre los hábitos lectores de los españoles y reivindicación del futuro del libro.

 

 

 

Modalización

 

1.       LÉXICO VALORATIVO

 

Son numerosos los ejemplos de vocabulario valorativo, con el cual el autor realiza una valoración subjetiva de la realidad al tiempo que se refiere a ella. Es el caso de adjetivos tan reveladores como sobrevalorado, viejo, ajado, sobado o muerto, todos ellos aplicados al estado de la lectura y el libro, normalmente de manera irónica. También se utiliza novísimo, adjetivo que incluye además derivación apreciativa para llevar el adjetivo al grado superlativo, significando la condición vanguardista que adquiriría la reescritura de clásicos no leídos. En el terreno de los sustantivos también encontramos expresiones valorativas, como obras de arte, gafas de pasta o salmonelosis, que identifica la lectura con una enfermedad.

 

2.       DEXIS PERSONAL Y SOCIAL

Aunque el texto se presenta desde la tercera persona, el autor recurre a la primera persona para hablarnos de su caso personal relacionado con el tema del texto, al inicio del segundo párrafo (tengo un amigo…). Es también destacada la deixis social al principio del texto, donde el autor se dirige al lector tanto de usted (línea 2) como de tú (línea 4). Establece así un diálogo desenfadado con el lector al principio de su columna, anticipando el tono irónico y coloquial que predominará después.

3.       RECURSOS TIPOGRÁFICOS Y SIGNOS DE PUNTUACIÓN

El autor recurre en un par de ocasiones a los incisos, ya sea entre guiones (línea 7) o entre paréntesis (líneas 13 y 14, líneas 17 y 18). El primero de estos incisos hace equivalentes la lectura con la respiración, la alimentación o el sueño como actividades “sobrevaloradas”. El segundo inciso sirve al autor para apuntalar su opinión con un argumento de cita. Y el tercero contiene una especie de chiste sobre la escasa calidad literaria del género de autoayuda, al que refiere mediante el anglicismo coaching, recogido en cursiva. Todos estos incisos transmiten, en cierta manera, la subjetividad del autor, al suponer acercamientos al lector con los que se busca su complicidad.

4.       RECURSOS ESTILÍSTICOS

Recorre el texto al completo el recurso de la ironía, ya desde su título. La ironía consiste en la designación indirecta de la realidad, expresándose lo contrario de lo que se desea transmitir. Así, es evidente el tono irónico del título del texto (Elogio del que no lee), el de expresiones como “leer está sobrevalorado” o el de referencias como la que se hace al papel salvador de la literatura de los basureros turcos, por encima del del Nobel Orhan Pamuk. En el texto aparecen otros recursos como la hipérbole (“otro que lleva 25 años leyendo un libro que no ha empezado”, línea 9). Por último, es también destacable la comparación con que se cierra el texto, en la que se equipara al libro con la figura de Keith Richards, ambos dados por muertos en numerosas ocasiones para después revitalizarse.

5.       CAMBIOS DE REGISTRO

 

En el texto predomina un registro estándar, propio de este tipo de artículos de opinión sobre temas de actualidad, dirigidos a un público masivo y no especializado. Sin embargo, el autor hace uso de algunos términos y expresiones que acercan el texto a un tono más coloquial, logrando así una mayor cercanía con el lector. Es el caso de expresiones como “de pe a pa” (línea 6), “en plan…” (línea 6) o “tirándose el pisto” (línea 10). También aparece el tono coloquial cuando el autor se dirige al lector (“ojo”, línea 4) o cuando reproduce ese diálogo imaginario en el tercer párrafo (“cariño…”, “anda…”). Estos cambios de registro no sólo buscan la complicidad del lector, sino que están en perfecta consonancia con el tono irónico que preside todo el texto.


Producción

 

Un país que no lee es una sociedad esclava de la incultura y presa de la ignorancia

 

Leer es un acto revolucionario. No se es más libre que con un libro abierto en el regazo, entregado al mundo invocado en nuestra imaginación por la magia de la palabra escrita, que transforma en realidad momentánea las ficciones, que nos sumerge en otras vidas, que nos permite asistir a mundos imaginarios o reales, pasados o futuros. Leer te permite escapar del aquí y ahora, leer te enseña y leer te hace indiscutiblemente mejor. Y es por eso que los poderosos siempre han temido a la literatura.

 

La historia es rica en ejemplos: desde el siniestro Índice de Libros Prohibidos de la Inquisición hasta las ceremonias de quema de libros oficiadas por el régimen nazi, pasando, obviamente, por la labor censora a que todas las dictaduras se han entregado con fervor a lo largo del siglo XX (y de lo que llevamos del XXI). La propia ficción literaria también ofrece ejemplos: nada había más arriesgado en el 1984 de George Orwell que conseguir un poco de papel y un bolígrafo con el que escribir. En Fahrenheit 451, Ray Bradbury imagina una distopía en la que los bomberos se encargaban, paradójicamente, de quemar los libros. Tanto la historia de la censura como la propia literatura distópica ya nos avisan de que hay algo importante en la lectura. Importante y peligroso para el poder. Por eso leer es revolucionario. Y hoy lo es más que nunca.

 

Recién iniciados los años 20 del siglo XXI, nos encaminamos a pasos agigantados hacia otra distopía: la de la Idiocracia imaginada por Mike Judge en su película de 2006. Nuestra sociedad parece reivindicar la imbecilidad en los medios de comunicación de masas, en las redes y en los productos culturales de éxito. Inmediatez, simplicidad y fragmentarismo son los tres pilares en que se sostiene la cultura popular del siglo XXI, y nada hay más alejado del acto íntimo, profundo y lento de la lectura. Por ahí ya se reivindica la slow food como alternativa a la fast food. Quizá sea hora de echar el freno y reivindicar la slow culture, con la lectura como nuevo eje para un entretenimiento que nos haga mejores y menos idiotas.

 

 

 

 

 


sábado, 3 de octubre de 2020

Solucionario de #jesuiscésar

 


Estructura:

 

Introducción (primer párrafo)

Planteamiento del asunto de actualidad: la popularización de los servicios de reparto a domicilio de todo tipo de productos. La autora desliza su tesis implícita al ironizar “aparentemente es maravilloso”.

Desarrollo (párrafos 2, 3 y 4).

La autora profundiza en el funcionamiento deficiente de estos servicios de reparto a través de un argumento de experiencia personal que es, a la vez, un argumento de ejemplificación que se desarrollará en los siguientes párrafos.

Conclusión (último párrafo).

La autora expone su tesis explícita: la comodidad y la avaricia de los consumidores han conducido a la precarización laboral de los repartidores. La autora termina su texto apoyando a los trabajadores del sector y utilizando un argumento de sentir general al referirse a la necesidad de descanso de todos los trabajadores. Estructura sintetizante/de encuadre (ambas opciones son válidas).

 

Resumen:

 

Se han popularizado enormemente los servicios de entrega a domicilio de todo tipo de productos, servidos por mensajeros en bicicleta. Estas empresas emplean a trabajadores autónomos y en condiciones precarias que en ocasiones llevan al retraso de las entregas o a un reparto deficiente. Pero en lugar de enfadarse con el mensajero, los usuarios deberían reflexionar sobre el tipo de explotación laboral que se está fomentando con el uso indiscriminado de esos servicios. Así pues, es responsabilidad del consumidor cambiar sus hábitos de consumo para contribuir a una mejora de las condiciones laborales de los repartidores.

 

Tema:

 

- Reflexión sobre la responsabilidad de los consumidores en las precarias condiciones laborales de los repartidores de productos a domicilio.

- Crítica al exceso de servicios de reparto a domicilio y la precariedad de sus trabajadores.

 


domingo, 13 de septiembre de 2020

Subrayado de ideas principales, resumen, tema y tesis de "Defectillos"

 Aquí tenéis un ejemplo de cómo podrían hacerse el subrayado y la extracción de ideas principales párrafo por párrafo del texto Defectillos.







Un posible resumen sería el siguiente (destaco en colores las ideas principales, en consonancia con el análisis anterior):

A las chicas jóvenes les interesan más los jóvenes conflictivos que los chicos equilibrados y bondadosos, y consideran que rasgos como el carácter posesivo o los celos los hacen más interesantes. Además, creen que son capaces de corregir esos defectos en sus parejas. Sin embargo, la experiencia señala que los adolescentes machistas, violentos y posesivos no sólo no se corrigen con el tiempo, sino que se vuelven peores con el paso de los años. Por ese motivo, es necesario cortar la relación con la pareja al menor indicio de esas actitudes.




Podríamos formular el tema de las siguientes maneras. Observad cómo la formulación del tema se ajusta a la estructura tripartita vista en clase (en azul la intención del autor, expresada en un sustantivo abstracto, en rojo la concreción del asunto y en verde la apostilla):

Reflexión sobre la atracción de las adolescentes por chicos violentos y advertencia a las chicas sobre el peligro de esas relaciones.



Por último, la tesis recoge la postura que la autora defiende sobre el tema del texto. Podríamos enunciarla como sigue:

La autora sostiene que es necesario terminar con una relación amorosa al menor atisbo de celos, violencia o actitudes machistas por parte del chico, pues esos defectos se agravan con el tiempo y pueden conducir a una tragedia. Esta tesis aparece de forma explícita al final del texto, entre las líneas 19 y 22, tras un conjunto de argumentos que sirven para sostenerla. Estamos, por lo tanto, ante un texto de estructura sintetizante.