LA NUEVA NORMALIDAD NO PUEDE SER COMO LA VIEJA
JAVIER GALLEGO
El
diario.es 27-4-2020
"No podemos volver a la normalidad porque la normalidad era el problema", reza una pintada que circulaba por redes estos días y que no dejo de recordar ahora que empieza la desescalada. Sé que estamos deseando todos despertar de esta pesadilla y volver a nuestras vidas de antes como si nada hubiera pasado, pero como en la crisis del 2008, el daño está hecho, millones van a sufrirlo y no hay vuelta atrás. Tenemos que mirar hacia adelante y pensar cómo vamos a recuperarnos, si queremos curarnos de nuestros errores o reincidir en ellos para volver a recaer muy pronto.
Es espectacular cómo la naturaleza revive en cuanto paramos. El agua y el aire se limpian, el calentamiento global disminuye, los animales reconquistan el territorio que les robamos. Es como si estuviese venciendo al virus que es el ser humano para la Tierra. Somos el coronavirus del planeta. En cuanto desaparecemos, sus pulmones se curan, baja la fiebre y le regresa la vida. No podemos volver al ritmo de producción y contaminación que está llevando al colapso natural y nos está devorando. Cuidar al planeta es cuidarnos también a nosotros mismos.
O dejamos de producir, comprar y tirar como si hubiera un planeta de repuesto y reconvertimos el sistema de producción para hacerlo sostenible, o nos vamos al carajo con una serie de catastróficas desgracias (guerras, hambrunas, pandemias, desastres naturales y diásporas) que no serán agradables. También nos enseña el virus que somos la solución si dejamos de ser el problema. La respuesta está en la fuerza de lo colectivo y de lo público. Nos hemos dado cuenta de que no estamos solos, de que dependemos unos de otros y somos responsables de los demás. Si estamos siendo responsables para salvar a otros, podemos serlo para salvarnos todos y nuestro entorno.
Todo esto lo solemos olvidar en cuanto nos va un poco mejor, pero es que no nos va a ir mejor en mucho tiempo. Nos viene una crisis no sólo climática, también económica. Sólo saldremos si aplicamos lo aprendido, si anteponemos el bien común al interés privado y si la iniciativa privada sirve al interés general, si defendemos a la mayoría frente a la minoría y la ecología frente a la economía, si protegemos a los más desprotegidos y los que más tienen ayudan a los que menos. Si somos la vacuna, no el virus.
Estamos superando esta crisis también gracias a la ciencia, la medicina y la investigación. Tenemos que invertir en conocimiento frente a la ignorancia porque cura la cabeza, no sólo el cuerpo. Tenemos que impulsar la información crítica frente al fascismo populista. Los apocalipsis son propicios para peligrosos mesías y caudillos. Se está formando la tormenta perfecta para que se impongan los fascistas. Si volvemos a la vieja anormalidad, serán diluvio.
1.1. Haz un resumen del texto anterior
Propuesta 1 Ahora que queda atrás lo más duro de la pandemia
por coronavirus y que comienza la vuelta a la normalidad, es el momento de
reflexionar sobre qué puede hacerse para que el mundo postpandemia sea un
poco mejor. El parón económico y laboral ha hecho que la naturaleza recupere su
lugar y sugiere el debate sobre cómo las sociedades humanas perjudican al planeta con su actividad febril. En este sentido, la vuelta a la normalidad debe
aprovecharse para replantear la relación del hombre con el medio, intentando
frenar el consumismo desmedido, la contaminación y el derroche de recursos.
También debe producirse una revalorización del
estado de bienestar, de la ciencia y de la investigación, y además es fundamental estar alerta ante el auge de políticos oportunistas y populistas,
que siempre medran en tiempos de crisis. Propuesta 2 La situación sociosanitaria y económica
que está generando la pandemia por coronavirus estimula los deseos de recuperar las
antiguas rutinas y ritmos de vida.
Ahora bien, como esa normalidad es problemática y nada volverá a ser
igual tras esta crisis, toca mirar al futuro y corregir viejos errores. En primer lugar, hay que abandonar un
consumismo desmedido, que lleve a la contaminación y al calentamiento global
del planeta. Por otro lado, hay que
prestar mayor interés a lo público, velando por los intereses colectivos y
muy particularmente de los más desfavorecidos. Finalmente, corresponde apostar por la
ciencia y conocimiento, sin dejarse tentar por los mensajes populistas de quienes se anuncian como salvadores y tanto prosperan en etapas de infortunio. |
El autor sostiene que tras la crisis que
está provocando el coronavirus, la humanidad habrá de apostar por un nuevo
modelo económico y social basado en la sostenibilidad medioambiental, la
solidaridad y el conocimiento. Esta tesis aparece ya de forma explícita en el titular; también en la primera línea del cuerpo, al igual que en la última línea en forma de advertencia. Por ello podemos decir que nos hallamos con un texto de estructura de encuadre. |
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