Aquí tenéis las soluciones para las actividades trabajadas durante esta semana:
jueves, 28 de enero de 2021
domingo, 24 de enero de 2021
2º de Bachillerato: resumen, tema, tesis y argumentos para "Nuestro diminuto mundo"
Nuestro
diminuto mundo
Gabriela Wiener
Sí, no sabemos muy bien cómo vamos a continuar con lo que estábamos
haciendo, aunque tampoco me acuerdo muy bien de qué estábamos haciendo.
Vivíamos del cuento, creo, se nos daba bien lo de escribir. Pero qué sigue. Que
si publico un libro ni idea de si podré presentarlo, viajarlo, firmarlo,
venderlo, regalarlo. Ahora bien, ¿de qué coño de libro hablo si aún no lo he
escrito? Y para qué escribir un libro que no tiene nada que ver con el
coronavirus, o sea, ¿le va a importar a alguien? Bueno, no sé si antes le
importaba a alguien. Antes teníamos una idea muy ligera de la relevancia. No
diré presuntuosamente que lo que hacía (¿hago?) es "patrimonio
inmaterial", patrimonio no, seguro; inmaterial sí, cada vez más
inmaterial. Ya todo lo que sé hacer se puede mandar por un mail. Menos mal que
no hago películas, que pesan mucho.
Nuestras vidas están supeditadas a causas de fuerza mayor por depender
del mainstream, de su goteo. Si me
hubiera quedado haciendo fanzines en casa otro gallo cantaría. Mi amiga librera
me ha dicho que lo más vendido de su tienda ahora exclusivamente online es
Camus. Como siempre, los escritores esperando alguna pandemia póstuma para reír
último y mejor. En fin, que esta no va a ser nuestra verbena. Y seguirán
vendiendo los que venden, aunque menos. Los datos del estudio mensual del
Observatorio Lector del Ministerio de Cultura son claros: la venta de libros
cayó durante el mes de abril un 76%. Y la caída no fue mayor gracias al libro electrónico.
Queda muy bien decir: ay, tengo mil cancelaciones. Adiós a la girita
americana, a mi adelanto millonario, a mi fichaje, al cartel con mi cara en la
feria del libro, adiós a las cinco temporadas de la serie sobre mi vida en
Netflix, adiós al estreno, adiós a las vacaciones de verano, adiós a la casa
propia. Eso quiere decir que al menos tenías algo, cabrona, sueños, no sé. Qué
bien suena todo lo que tenías. Suena bien, suena sospechoso, suena a márketing,
pero otra cosa es comer. Justo cuando habíamos descubierto que lo presencial
nos daba más dinero que el streaming,
que todos queríamos ser estrellas del pop. Ahora somos todos youtubers primerizos, y me temo que el
pastel de Youtube no da para alimentar tantas bocas.
Por el momento nadie me ha ofrecido dinero para aparecer en una
entrevista, en un directo, en una charla, conversación o lo que sea online, pero sí me han ofrecido que los
haga, a montones. Por el momento no es que no tenga nada que decir, es que me
estoy haciendo la muerta. Todos en visto. Lo siento, no puedo acompañar tu
aburrimiento, tu proyecto desinteresado, tu desolación con mi arte free porque estoy friendo pollo para mis
hijos confinados. También hay psicólogos online, ¿sabes? Y también cobran.
Ideas párrafo a párrafo:
-
P1: La crisis del coronavirus
ha afectado con dureza a los trabajadores del sector cultural, como la
escritora que firma el artículo.
-
P2: Solamente sobrevivirán y
seguirán vendiéndose los escritores consagrados y los clásicos de siempre.
-
P3: El “postureo” en las
redes sociales y la frivolidad de los artistas durante el confinamiento suena a
marketing y queda muy bien de cara a la galería, pero la cruda realidad es que
los escritores también tienen que ganar un sueldo con el que poner comida
encima de la mesa.
-
P4: La autora concluye: le
han ofrecido todo tipo de apariciones online sin remunerar, pero las rechaza
por agotamiento, por considerar que no tiene nada importante que decir y
porque, en definitiva, está demasiado ocupada para trabajar gratis para otros.
Algunos argumentos:
-
Argumento estadístico: datos del Observatorio Lector (segundo
párrafo)
-
Argumento comparativo (contraste): compara el trabajo a distancia
de los psicólogos con el de los escritores. Contraste porque los psicólogos
online siguen cobrando.
-
Argumento de experiencia personal: la autora habla en primera
persona y se refiere continuamente a cómo está viviendo el confinamiento: no
tiene tiempo de nada, se está encargando de sus hijos, etc. (Último párrafo,
por ejemplo)
-
Argumento de ejemplificación: el listado de quejas de los
escritores en las redes sociales (tercer párrafo) se usa como ejemplo de quien
quiere aparentar un éxito que no es tal (suena
sospechoso, suena a marketing)
RESUMEN: La crisis
desatada por el coronavirus ha generado una gran incertidumbre entre los
trabajadores del sector cultural, y más concretamente, entre los escritores,
por ser el suyo un trabajo cuyo producto es inmaterial. Esta situación es
todavía más grave para los escritores poco conocidos, puesto que los que
siempre seguirán vendiéndose, aunque sea online,
serán los autores consagrados. El confinamiento ha obligado a los creadores a
trabajar a distancia utilizando las redes sociales y vendiendo una imagen de
éxito que parece puro marketing y que no reporta beneficio económico inmediato,
por lo que los autores minoritarios difícilmente podrán salir adelante en una
situación así.
TEMA: reflexión sarcástica sobre la difícil situación que viven los
escritores como consecuencia de la crisis del coronavirus.
TESIS: la autora rechaza las colaboraciones no remuneradas como forma
de trabajo para un escritor durante la cuarentena. Aparece de forma
implícita y expresada de manera irónica en el último párrafo: Lo siento, no puedo acompañar tu aburrimiento, tu proyecto
desinteresado, tu desolación con mi arte free porque estoy friendo pollo para
mis hijos confinados. También hay psicólogos online, ¿sabes? Y también cobran.
Estructura sintetizante:
-
En el primer párrafo plantea
el tema (reflexión sobre la situación complicada para los escritores).
-
En el segundo y tercer
párrafo explora varias dimensiones de la situación (sólo sobrevivirán los
consagrados, y el resto se pelean por aparentar trabajando gratis en las redes
sociales).
-
En el tercero llega a la tesis: ella no va a sumarse a esa
ola de trabajo gratuito y falsa apariencia en redes.
sábado, 23 de enero de 2021
2º de Bachillerato: comenzamos con la morfología
Como veis, el enunciado pide hacer tres operaciones con cada palabra, y aparecen 5 palabras, a 0,3 puntos cada una de ellas:
1. Descomponerla en sus formantes morfológicos (segmentarla en raíz, morfemas, etc.)
2. Señalar la categoría léxica (siempre son sustantivos, adjetivos, verbos o adverbios)
3. Indicar la clase de palabra (simple, derivada, compuesta o parasintética)
viernes, 22 de enero de 2021
2º de Bachillerato: tareas de comentario de texto voluntarias
Hola, chic@s. El objetivo de esta entrada es plantearos unos cuantos textos para que podáis seguir ejercitándoos en el comentario y la producción. Se trata de tareas voluntarias, pero es muy recomendable que hagáis de vez en cuando alguno, como complemento a los comentarios obligatorios de cada trimestre. De momento os dejaré aquí 3 textos para que elijáis (el primero es doble, pues se trata del texto de examen de la primera evaluación: que los de un grupo hagan el texto del otro grupo). A medida que me los entreguéis os pasaré el solucionario resuelto adjunto a la corrección de vuestro trabajo.
Aquí tenéis el documento. Haced click en el icono de la esquina superior derecha para descargarlo a vuestro ordenador desde Drive.
lunes, 18 de enero de 2021
2º de ESO: Trabajo de lectura sobre "De todo corazón"
Aquí tenéis el trabajo de lectura de este trimestre. Como sabéis, la fecha de entrega es el 1 o el 2 de marzo, en función del subgrupo. Aquí podéis ver el trabajo y también descargarlo en PDF. También lo repartiré en papel en clase.
lunes, 4 de enero de 2021
2º de Bachillerato: Ejemplo de pregunta de producción: Elogio del que no lee
Aquí os dejo la pregunta de producción que he incluido en el solucionario del trabajo a partir de Elogio del que no lee, explicada:
Un
país que no lee es una sociedad esclava de la incultura y presa de la
ignorancia
Leer es un acto revolucionario. No se es más libre que con un libro abierto en el regazo, entregado al mundo invocado en nuestra imaginación por la magia de la palabra escrita, que transforma en realidad momentánea las ficciones, que nos sumerge en otras vidas, que nos permite asistir a mundos imaginarios o reales, pasados o futuros. Leer te permite escapar del aquí y ahora, leer te enseña y leer te hace indiscutiblemente mejor. Y es por eso que los poderosos siempre han temido a la literatura.
La historia es rica en ejemplos: desde el siniestro Índice de Libros Prohibidos de la Inquisición hasta las ceremonias de quema de libros oficiadas por el régimen nazi, pasando, obviamente, por la labor censora a que todas las dictaduras se han entregado con fervor a lo largo del siglo XX (y de lo que llevamos del XXI). La propia ficción literaria también ofrece ejemplos: nada había más arriesgado en el 1984 de George Orwell que conseguir un poco de papel y un bolígrafo con el que escribir. En Fahrenheit 451, Ray Bradbury imagina una distopía en la que los bomberos se encargaban, paradójicamente, de quemar los libros. Tanto la historia de la censura como la propia literatura distópica ya nos avisan de que hay algo importante en la lectura. Importante y peligroso para el poder. Por eso leer es revolucionario. Y hoy lo es más que nunca.
Recién iniciados
los años 20 del siglo XXI, nos encaminamos a pasos agigantados hacia otra distopía:
la de la Idiocracia imaginada por
Mike Judge en su película de 2006. Nuestra sociedad parece reivindicar la
imbecilidad en los medios de comunicación de masas, en las redes y en los
productos culturales de éxito. Inmediatez, simplicidad y fragmentarismo son los
tres pilares en que se sostiene la cultura popular del siglo XXI, y nada hay
más alejado del acto íntimo, profundo y lento de la lectura. Por ahí ya se
reivindica la slow food como alternativa
a la fast food. Quizá sea hora de
echar el freno y reivindicar la slow
culture, con la lectura como nuevo eje para un entretenimiento que nos haga
mejores y menos idiotas.
Explicación
Como recordaréis por las explicaciones sobre esta parte del examen, es fundamental empezar haciendo un mínimo borrador sobre lo que vamos a decir en nuestro texto. Ese borrador tiene que partir de tres preguntas básicas:
1. ¿Qué tesis voy a defender sobre el tema propuesto?
2. ¿Qué argumentos voy a utilizar para defender esa tesis?
3. ¿Cómo voy a estructurar mi texto?
Veamos cómo he respondido yo a estas tres cuestiones antes de lanzarme a escribir el texto que tenéis arriba.
1. ¿Qué tesis voy a defender sobre el tema propuesto?
Mi tesis será la siguiente: leer es un acto revolucionario, hoy más que nunca.
2. ¿Qué argumentos voy a utilizar para defender esa tesis?
Mis argumentos irán orientados a explicar por qué creo que leer es revolucionario. Para ello recurriré a argumentos de ejemplificación sobre cómo los poderosos han perseguido a la literatura a lo largo de la historia, por un lado, y a argumentos de ejemplificación/conocimiento enciclopédico de la misma cuestión en la propia literatura, por otro. También utilizaré un argumento comparativo entre el binomio fast food/low food y un hipotético binomio fast culture/slow culture. Para reforzar este argumento utilizaré otro más de ejemplificación/conmocimiento enciclopédico al referirme a la película Idiocracia.
Así, mi esquema de argumentos quedaría de la siguiente forma:
*Argumento de ejemplificación en la historia: la Inquisición española, los nazis.
*Argumento de ejemplificación en la literatura/conocimiento enciclopédico: 1984 y Fahrenheit 451.
*Argumento de ejemplificación en el cine/conocimiento enciclopédico: Idiocracia.
*Argumento de comparación-analogía entre la necesidad de slow food frente a la fast food y la necesidad de slow culture frente a la fast culture.
3. ¿Cómo voy a estructurar mi texto?
Optaré por una estructura de encuadre. En el primer párrafo plantearé mi tesis, y empezaré con la contundente frase "Leer es un acto revolucionario". dedicaré el primer párrafo a explicar el poder de la literatura como herramienta de entretenimiento y aprendizaje.
En el segundo párrafo desgranaré los argumentos de ejemplificación en la historia y la literatura que ilustran como la literatura siempre ha sido temida por los poderosos.
En el tercer párrafo me situaré en el contexto del siglo XXI y retomaré la tesis, profundizando ahora en por qué la literatura es ahora más revolucionaria que nunca, basándome en las dinámicas culturales de la actualidad y refiriéndome a la película Idiocracia.
2º de Bachilleratro: "Elogio del que no lee". Solucionario.
Aquí va el solucionario del primer texto trabajado en este segundo trimestre:
SOLUCIONARIO
Elogio del que no lee
El 40% de los españoles no lee
nunca. Lo que equivale a decir que tiene mucho más tiempo para todo lo demás.
Por ejemplo, mientras usted
lee un libro el no lector a lo mejor escribe uno. Dos o tres horas de
tiempo libre no leyendo al día son dos o tres horas que puedes ir invirtiendo en escribir Guerra y
Paz, ojo,
aunque ya esté escrito. Porque si los primeros presumen de releer, a ver si es
que un no lector no va a poder reescribir sin cambiar una coma y de pe a pa el libro de
Tolstói. En plan novísimo.
Leer -como sucede con respirar, alimentarse o dormir- está sobrevalorado. Tengo un amigo que ha hecho grandes obras de arte jugando al Fifa en la Play y otro que lleva 25 años leyendo un libro
que no ha empezado. Y no van por ahí con gafas de pasta tirándose el pisto por las librerías de Malasaña.
Iñaki Uriarte afirma, en sus Diarios: "Antes estaba permitido
decir: 'Yo, de ciencias, no tengo ni idea'. Ahora empieza a generalizarse: 'Yo
no leo nunca'. Y el grupo se ríe con un gesto de aprobación".
No sólo es que haya gente que no
lee libros (no leer ya
está al alcance de cualquiera y se pueden no leer centenares de libros al año,
algunos buenísimos, decía Juan Tallón). Sino que hay gente que trata la literatura como si te fuera a
meter la salmonelosis en
casa. "Compra pan, cariño.
Mira el buzón. Y baja los libros a la basura, anda, que dan olor". Tantos libros se
encuentran por ahí en los contenedores (incluso no siendo de coaching), que los barrenderos de Ankara han decidido
rescatarlos y han montado una biblioteca con 5.000 ejemplares en una antigua
fábrica de ladrillos. Kafka con olor a cáscara de mandarina. Bierce con manchas
de kétchup. Onetti empapado de vino tinto... Así que en Turquía ya no saben quién ha hecho más por las
letras turcas: si Orhan Pamuk, que ganó el Nobel de Literatura, o los
profesionales de la inmundicia.
Al
libro, en general, le sucede lo mismo que a Keith Richards. Cuanto más viejo está, cuanto más ajado, cuando más sobado, cuanto más muerto, más vivo parece. Si lo sabrá el
británico. Una vez el guitarrista de los Stones se encontraba bastante mal y
decidió ir al médico. Éste le miró, le auscultó, le hizo unas pruebas y le dio
seis meses de vida. Richards salió atribulado, pero cuenta cómo acabó aquella
predicción: acudió al entierro del doctor.
PEDRO SIMÓN, 30/01/2019
Resumen
Los
índices de lectura de los españoles son muy bajos y la lectura se considera
sobrevalorada en una sociedad con una oferta cultural cada vez mayor. No leer
está dejando de ser motivo de vergüenza social y hay quien se define con
orgullo como no lector. Incluso aparecen noticias como aquella reciente sobre
la biblioteca que unos basureros turcos han montado con libros encontrados en
los contenedores. Sin embargo, han sido muchas las ocasiones en que se ha dado
al libro por muerto, y siempre ha resucitado, lo que invita a mantener la
esperanza en el futuro de la lectura.
Tema
-
Reflexión
irónica sobre los hábitos lectores de los españoles y reivindicación del futuro
del libro.
Modalización
1.
LÉXICO VALORATIVO
Son numerosos los ejemplos de vocabulario
valorativo, con el cual el autor realiza una valoración subjetiva de la
realidad al tiempo que se refiere a ella. Es el caso de adjetivos tan
reveladores como sobrevalorado, viejo, ajado, sobado o muerto, todos ellos aplicados al estado
de la lectura y el libro, normalmente de manera irónica. También se utiliza novísimo, adjetivo que incluye además
derivación apreciativa para llevar el adjetivo al grado superlativo, significando
la condición vanguardista que adquiriría la reescritura de clásicos no leídos.
En el terreno de los sustantivos también encontramos expresiones valorativas,
como obras de arte, gafas de pasta o salmonelosis, que identifica la lectura con una enfermedad.
2.
DEXIS PERSONAL Y SOCIAL
Aunque
el texto se presenta desde la tercera persona, el autor recurre a la primera
persona para hablarnos de su caso personal relacionado con el tema del texto,
al inicio del segundo párrafo (tengo un
amigo…). Es también destacada la deixis social al principio del texto,
donde el autor se dirige al lector tanto de usted (línea 2) como de tú (línea
4). Establece así un diálogo desenfadado con el lector al principio de su
columna, anticipando el tono irónico y coloquial que predominará después.
3.
RECURSOS TIPOGRÁFICOS
Y SIGNOS DE PUNTUACIÓN
El
autor recurre en un par de ocasiones a los incisos, ya sea entre guiones (línea
7) o entre paréntesis (líneas 13 y 14, líneas 17 y 18). El primero de estos
incisos hace equivalentes la lectura con la respiración, la alimentación o el
sueño como actividades “sobrevaloradas”. El segundo inciso sirve al autor para
apuntalar su opinión con un argumento de cita. Y el tercero contiene una
especie de chiste sobre la escasa calidad literaria del género de autoayuda, al
que refiere mediante el anglicismo coaching,
recogido en cursiva. Todos estos incisos transmiten, en cierta manera, la
subjetividad del autor, al suponer acercamientos al lector con los que se busca
su complicidad.
4. RECURSOS ESTILÍSTICOS
Recorre
el texto al completo el recurso de la ironía, ya desde su título. La ironía
consiste en la designación indirecta de la realidad, expresándose lo contrario
de lo que se desea transmitir. Así, es evidente el tono irónico del título del
texto (Elogio del que no lee), el de expresiones como “leer está sobrevalorado”
o el de referencias como la que se hace al papel salvador de la literatura de
los basureros turcos, por encima del del Nobel Orhan Pamuk. En el texto
aparecen otros recursos como la hipérbole (“otro que lleva 25 años leyendo un
libro que no ha empezado”, línea 9). Por último, es también destacable la comparación
con que se cierra el texto, en la que se equipara al libro con la figura de
Keith Richards, ambos dados por muertos en numerosas ocasiones para después
revitalizarse.
5.
CAMBIOS DE REGISTRO
En
el texto predomina un registro estándar, propio de este tipo de artículos de
opinión sobre temas de actualidad, dirigidos a un público masivo y no
especializado. Sin embargo, el autor hace uso de algunos términos y expresiones
que acercan el texto a un tono más coloquial, logrando así una mayor cercanía
con el lector. Es el caso de expresiones como “de pe a pa” (línea 6), “en plan…”
(línea 6) o “tirándose el pisto” (línea 10). También aparece el tono coloquial
cuando el autor se dirige al lector (“ojo”, línea 4) o cuando reproduce ese
diálogo imaginario en el tercer párrafo (“cariño…”, “anda…”). Estos cambios de
registro no sólo buscan la complicidad del lector, sino que están en perfecta
consonancia con el tono irónico que preside todo el texto.
Producción
Un
país que no lee es una sociedad esclava de la incultura y presa de la
ignorancia
Leer es un acto
revolucionario. No se es más libre que con un libro abierto en el regazo,
entregado al mundo invocado en nuestra imaginación por la magia de la palabra
escrita, que transforma en realidad momentánea las ficciones, que nos sumerge
en otras vidas, que nos permite asistir a mundos imaginarios o reales, pasados
o futuros. Leer te permite escapar del aquí y ahora, leer te enseña y leer te
hace indiscutiblemente mejor. Y es por eso que los poderosos siempre han temido
a la literatura.
La historia es
rica en ejemplos: desde el siniestro Índice de Libros Prohibidos de la
Inquisición hasta las ceremonias de quema de libros oficiadas por el régimen
nazi, pasando, obviamente, por la labor censora a que todas las dictaduras se
han entregado con fervor a lo largo del siglo XX (y de lo que llevamos del XXI).
La propia ficción literaria también ofrece ejemplos: nada había más arriesgado
en el 1984 de George Orwell que
conseguir un poco de papel y un bolígrafo con el que escribir. En Fahrenheit 451, Ray Bradbury imagina una
distopía en la que los bomberos se encargaban, paradójicamente, de quemar los
libros. Tanto la historia de la censura como la propia literatura distópica ya
nos avisan de que hay algo importante en la lectura. Importante y peligroso
para el poder. Por eso leer es revolucionario. Y hoy lo es más que nunca.
Recién iniciados
los años 20 del siglo XXI, nos encaminamos a pasos agigantados hacia otra distopía:
la de la Idiocracia imaginada por
Mike Judge en su película de 2006. Nuestra sociedad parece reivindicar la
imbecilidad en los medios de comunicación de masas, en las redes y en los
productos culturales de éxito. Inmediatez, simplicidad y fragmentarismo son los
tres pilares en que se sostiene la cultura popular del siglo XXI, y nada hay
más alejado del acto íntimo, profundo y lento de la lectura. Por ahí ya se
reivindica la slow food como alternativa
a la fast food. Quizá sea hora de
echar el freno y reivindicar la slow
culture, con la lectura como nuevo eje para un entretenimiento que nos haga
mejores y menos idiotas.